Año 2012. Cariló, Buenos Aires, Argentina.
Sillas en el aire,
tonos de folleto,
paz de corral.
Furia sin viento,
trueno enterrado.
Tensión irredenta.
Nadar sin agua y
ahogarse solo.
Las manos arden
por hachar la arena.
Calma que tirita.
Yerro en el lapso,
la noche dura
cien años más.
Vive un fotograma,
por toda razón,
queda su luz.