Año 2011. Istmo Ameghino, Península Valdés, Chubut, Argentina.
Última escala antes del desierto.
La tripa se inquieta, el cuello se tensa.
Acatar una orden difusa e irrevocable.
Marchar, perseguir la distancia.
No saber si alguien aguarda al otro lado.
Equipaje enmarañado de aturdida memoria.
Quedarán fotos viejas que el tiempo olvidará.
Seguir hasta ser tan solo un silbido de viento
entre espinosos matorrales de estepa,
apagándose con cada nuevo paso.
Quién fue el gracioso que nos puso aquí.
Trago salado de arena y el mar que no llega,
nunca.
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