martes, 18 de septiembre de 2012

San Lorenzo de El Escorial, España



Año 2001. San Lorenzo de El Escorial, España.

Niños revolotean con disciplina de enjambre.
Sobre una cancha de rigurosos límites imaginarios,
el alboroto persigue al vaivén incierto de la pelota.
No hay maravilla arquitectónica capaz 
de distraer al delantero de su disparo.
Siglos constructivos se conforman
con ser meros espectadores de piedra.
Pero esa fachada de columnas y capiteles,
adusta en su áspero reclamo de madurez, 
aguarda agazapada su turno. 
Sabe de la infalible existencia de un árbitro
muñido de un viejo y decrépito reloj de arena.
Será él quien pite el final del partido y
mande a los jugadores a pasar por su puerta,
crecidos y responsables, conminados a ocupar 
sus resignados escritorios de soledad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario