miércoles, 12 de septiembre de 2012

Real de Catorce, México


Año 1998. Real de Catorce, México.

Pueblo abandonado a la vera del desierto.
Entrañas de jolgorio despojadas, hoy yace,
inmóvil ante la nada, arrumbándose solo.
Deambulan animales tristes, como extraviados.
Un velo de resignado martirio tiñe las calles.
Agazapadas tras maltrechas ventanas,
secas miradas de páramo vigilan el silencio.
Existe el desafío de observar, por un tiempo,
el sitio donde el aire danza sobre la arena.
Quien soporte lo suficiente, verá llegar al galope,
a esos primeros fusilados, catorce forajidos,
inmortalizados en el alias del pueblo y precursores 
de esa tan mexicana costumbre de morir.



1 comentario:

  1. Buenísimo el párrafo final y en la foto de los caballos parece que ya están esperando a los muertos. El tambor de aceite, el arnés del caballo y la sangre. Es un paisaje de Pedro Páramo.

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