Año 1998. Pisco, Perú.
Trajín de privaciones tan antiguas.
Rigor al inhalar, rigor al exhalar.
Cómo avanzar cuando la noche todavía queda tan lejos.
Coraje de excepción travestido en rutina.
Denuedo temerario por un mendrugo de ayer.
Jamás una certeza de comodidad.
Desgaste continuo. Garantía de desamparo.
E igual, firme fuerza anterior, se insiste.
Dentro, donde todavía el viento no horadó, no existe la duda.
Anida la férrea convicción de un futuro convidado,
cuando el aroma sea estío y las risas profundas.
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